lunes, 23 de enero de 2012

MÁS UNO

Tomaste enjuague bucal rosa de las campañas del Gobierno, te pusieron un parche pirata durante seis meses para corregir ese “ojo vago”, aprendiste a nadar un invierno en una piscina climatizada, llevaste plantillas hasta los nueve para corregir esos pies planos y a los once llegó la magia de la ortodoncia.

Jugaste a los tazos de Matutano en el patio del colegio y Walt Disney te enseñó a amar el sistema, te pusieron “Érase una vez el hombre” para que entendieses cómo se hacían los niños y fuiste de excursión a la comisaría del barrio para que te explicaran lo que les ocurría a los malos. Un día apareció en clase un tipo con cara de pocos amigos para decirte a ti y a tus colegas que las autoridades sanitarias no os recomendaban el consumo de drogas y al año siguiente volvió el mismo tipo repartiendo condones.

El comunismo te pareció la hostia el día que te explicaron la Revolución Rusa y luego cambiaste de idea cuando llegó Stalin.

Y al final, has acabado con un smartphone, aunque al principio te irritaban los gilipollas del WhatsApp.

Una palmadita en el hombro. Y ya estás preparado para vivir.


 Ya eres uno más.


MAX.